Blogia

Castillos en el aire

[*]

Si tiene que llover y hacer frío otra vez, quiero que me pille hecha una bolita en ese sofá que no es el mío.

Quiero llegar a tu casa empapada y que tú estés aún en la cama. Quitarme la ropa helada y sentir el calorcito del secador en el pelo. Luego ir a enfriarte los pies con mis dos cubitos de hielo y hacer abrazos imposibles, de los nuestros. Y morder tu nariz. Y olerte, claro. Y estar tan a gusto solamente así, escuchado como rebotan las gotas en el suelo del patio.

Luego robarte las zapatillas y levantarme a hacer pis. Y que vengas y me abraces.

Después arriba, que las tripas empiezan a sonar, y pedir comida, ya sabes donde. Y que me riñas porque yo no quiero llamar porque me da vergüenza. O cocinar nosotros, mucho mejor esto. Cocinar junto a la ventana, sí. Alguna mezcla imposible, que sea lo que sea llevará mucho queso y especias.

Pedirte un beso antes de empezar a comer. Y ahí fuera sigue diluviando. Y todo está más verde que nunca. Terminar de comer, recoger y preparar café. Elegir película, enroscarnos en el sofá con una tableta de chocolate, el café, una manta y más posturas imposibles. O sestear. O salir a pasear bajo la lluvia. O cualquier cosa.

Y simplemente estar. Y que truene y caigan rayos y salir a la ventana, y estar.

Si tiene que llover y hacer frío otra vez, que me pille así.

Si tuve miedo fue porque acabara así...

Que te suene el teléfono cerca de la una de la mañana, que la llamada venga de un concierto de Los Planetas en Vigo en el que tú no puedes estar, que te hayan llamado sólo para que escuches un poquito de Segundo premio y que se te escape una lagrimilla al oírlo… me parece una muy buena forma de irse a dormir.

...

Y ya ni siquiera me importa que hoy sea ese día…

Sueños

Según la época recuerdo o no recuerdo mis sueños. Por lo general no suelo recordarlos, pero últimamente me acuerdo casi de todo. Hace dos días lo del suicidio de mi compañera de facultad. Ayer estuve toda la noche saltando de tejado en tejado, entre las antenas. Yo y las antenas. No sé exactamente que hacía ni hacia donde iba, pero iba saltando de tejado en tejado con gran agilidad. Sé que no podían descubrirme y tenía que hacerlo todo en silencio y discretamente, y a pesar del miedo a ser descubierta, me estaba pareciendo algo precioso eso de correr entre las antenas.

Y esta noche el tiempo corría y corría sin esperarme. Más o menos como en la vida real. No me ha gustado lo de hoy, alguien me esperaba y yo tenía que hacer un millón de cosas en algo así como cinco minutos, pero de repente había pasado una hora y media y yo seguía teniendo que hacer cosas, y las cosas no terminaban nunca, y yo no podía más. Lo peor es despertarse, tardar una hora en levantarse por culpa del miedo, y una vez levantada comprobar que en realidad el tiempo sigue corriendo.

...

Si ayer decía que aún no había llorado, hoy me toca reconocer que de golpe todo me ha salido a borbotones. Por todas partes y a todas horas.

...

Every day is like Sunday

Segundo café del día y tremendas ganas de no ir a trabajar. Graniza y hace frío, otra vez.

No he llorado desde que V se fue. No se me ha escapado ni una lágrima. He llorado muchísimo antes de, y también antes de antes de, pero no después. Ni una vez.

Ahora más que triste me siento enfadada. En parte por una extraña “mentira” que probablemente sólo yo perciba como tal. Más bien es una “no verdad”, pero me ha hecho sentirme muy muy engañada, y esto me da mucha pena. Sé que no es para tanto, lo sé, pero de momento así es como me siento. Sólo me queda esperar a que se pase y que el tiempo haga que no lo perciba como algo tan grave.

He soñado que mi compañera del alma de la facultad se suicidaba, yo era la última persona que hablaba con ella por teléfono y justo después se suicidaba.

Y no sé.

Todo es raro.

Y Morrisey lleva cantándome varios días. Eso está bastante bien.

***

Vale. El 14 ha pasado y V se ha ido. Y yo no puedo sentir nada. Me está pasando algo muy raro. No estoy. No soy.

Se ha ido y estoy pensando que en cualquier momento estaré con él tomando un café gigante en ese sitio que tanto me gusta. Y no es así. Se ha ido y punto. (A ver si por repetirlo me lo termino creyendo de una vez).

Se ha ido. Y no volverá. Por lo menos hasta dentro de un mes, o un año, o una vida entera. Probablemente esto último. “Vacaciones largas” decía, ja, no sé cual es ese concepto de vacaciones.

(Aquí iba un párrafo muy feo que he decidido omitir).

Y lo único que me hace sentir algo es escuchar Astrolabios y darme cuenta de que tiene más sentido que nunca. Que desde que mi solución lumínica se fue, mi calle es gris plomo y a mi también me prometen besos sin boca, a miles y todos los días. Y sobre todo que me permito este disfraz para que no duela cuando vuelva.

Y hace daño, claro que lo hace.

Y más que hará.

...tic tac...

...tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac...

...

Dame algo para poder odiarte. Ayúdame, porque necesito odiarte cuando te vayas. Necesito algo que me ayude a asomarme a comprender porque lo estas haciendo. Necesito comprender absolutamente todos los puntos de porqué te vas con ella, porque a estas alturas, todavía no los entiendo. Necesito entender (porque es la única razón lógica que se me ocurre) que es porque a mi no me quieres, no de esa forma, y a ella nunca has dejado de quererla. Necesito escucharte decir que ella es esa persona de la que ya no quieres separarte nunca y yo no lo soy, esa por la que incluso tú, te volverás dependiente. Necesito que me digas que es tan especial y tan importante que se merece que cambies toda tu vida por estar con ella. Y yo no lo soy. Y nunca lo fui. Necesito que me lo digas. Necesito poder odiarte con esos argumentos. Y si no odiarte, llegar a entenderte en algún momento. Entender porqué a pesar de todo (…lo que tenemos…) me has dado una fecha, el 14 de marzo. Entender que lo que estás haciendo estos días es alejarte poco a poco (o mucho a mucho) de mi, y que yo no diga nada del tema y haga como si nada aunque hayamos pasado de vernos casi todos los días a estar cuatro días casi sin hablar, y ni aún así consiga enfadarme, te facilita las cosas. Entender que soy tonta, por todo esto, por no poder odiarte, por no poder odiar nunca a las personas a las que quiero o he querido.
Y si no puedes hacerlo, si no puedes darme argumentos sólidos, y estoy segura de que no podrás (…porque nosotros también somos demasiado importantes…), entonces creo firmemente que deberías replantearte qué va a pasar el 14 de marzo. Pero de verdad.
Y lo más triste de todo es que sé que no te replantearás nada, que es como si te obligaran a hacerlo, como si la decisión ya estuviera tomada y tú no pudieras cambiarla.


Y no, sé que no estoy siendo egoísta.

 

(((Y mientras tanto he cumplido 24 años y he estado días y días sin poder entrar a mi propio weblog por culpa de unas www de más…)))

Cuenta atrás

En Febrero me despertaré cada mañana un poco más triste y desquiciada.

V se marcha.

A Suecia.

A vivir.

Con ella.

Dice que al menos tiene que intentarlo aunque en el fondo cree que no va a salir bien. Yo creo que por una vez en su vida tiene miedo de la solución fácil y lógica.

No le deseo felicidad allí. Si se va, no quiero que la historia le salga bien. Quiero que se dé cuenta de que cambió toda su vida por algo que en este momento no era importante, que lo fue, sí, pero ahora no lo era. Yo no deseo su felicidad por encima de la nuestra, no le deseo que sea feliz aunque no sea conmigo. Eso es una estupidez. Deseo que sea consciente de que se equivocó y, joder, que no sea feliz. Sí, soy así de egoísta y de bruja y de infantil.

 

Y mientras tanto yo sólo quiero encerrarme en mi habitación, meterme en la cama y no salir nunca. Quiero no leer cosas que me siguen haciendo daño, quiero que no se nos acabe el tiempo, quiero dejar de estar agobiada todo el día, quiero no tener que ir a un trabajo de mierda, quiero no enfrentarme al mundo. Quiero no tener que cumplir 24 años.

Sólo quiero dormir, y llorar, y ver Lostintranslation y Olvidatedemi una y otra vez, y no salir de la cama para nada.

No quiero hacer nada.

Quiero que se pare el puto tiempo.

...

Alargo el apagar la luz hasta más tarde de las dos y media. Inevitablemente paso páginas e inevitablemente Karenin muere. Por eso tardaba tanto en terminarlo, porque no quería que eso ocurriese.

Doy vueltas a oscuras en la cama y pienso. Pienso si la angustia se recicla y se acumula para el día siguiente si no te sale antes por alguna parte del cuerpo. La angustia esa que se posa en la parte más lejana de la lengua, rozando casi con la campanilla. Esa que te deja las lagrimas todo el día en posición de “preparados, listos…” y que interpreta un “ya!” en cualquier cosa.

Luego, a duras penas, me duermo, otra vez con las mandíbulas apretadísimas, y sueño cosas feas y frustrantes.

Y otra noche y otro día. Y abro los ojos y resoplo, y una pequeña parte de mi angustia sale involuntariamente de mí. Pero aun tengo mucha más acumulada.

Y pienso durante todo el día. Pienso si V será feliz allí, con ella, y deseo que no sea así, y que esté deseando volver. Conmigo. Y olvidarse de ella, y cerrar esa puerta.

Y por más que intento sigo sin comprender que todo esto esté saliendo así.

Que te digan que a quien quieren ahora es a ti pero que tienen que intentarlo en otra parte, con otra persona, porque aquello fue muy importante, y averiguar si lo otro es una caída desde un precipicio o una invitación a pasear eternamente. Entre la nieve. Que esté pasando eso cuando la solución más lógica esta aquí, conmigo. Y no lo digo por ser parte afectada en ello. De verdad que no.

Y recibir mensajes que aunque parezcan evidentes no llegas a entender del todo. Aunque te digan directamente que te echan de menos y que piensan en ti en singular y en plural, no dejas de preguntarte que querrá decir con eso. Es así. Y contestar y enviar también alguna pregunta que da miedo, como que tal van las cosas por allí. Y no recibir respuesta. Y quedarte sin saberlo. Y después de doce horas recibir otro mensaje sin respuesta a tu pregunta, tan sólo para decirte que buenos días o buenas noches. Y ya no sabes que pensar.

Y luego, te enteras de que tus mensajes no llegan. Suecia te odia y no te deja traspasar sus fronteras. Ni por teléfono. Por lo tanto él no sabe nada de ti desde que se fue, ni conoce tus enfados, tus desesperaciones, tus penas, tus respuestas a sus preguntas, tus echarle de menos a él también. Y está preocupado. Y tampoco sabes qué quiere decir exactamente eso.

canción para ligar (O PARA QUE NO ME DEJES)

no te puedo prometer que cambiaré

no sé si podré hacerlo

pero sé que eres todo lo que quiero

 

no puedo decir que no te haré llorar

ni que voy a ser sincerA

no te puedo prometer

que en el futuro sea perfecto

pero el futuro es lo de menos

 

no puedo decir que voy a estar allí

cuando más me necesites

pero puedo intentarlo si lo pides

no voy a decir que cuidaré de ti

ni siquiera se cuidarme

es posible que sea yo

quien necesite que lA salven.

 

pero te quiero más que nadie

de eso estoy segurA

por mucho tiempo que pase

 

porque te quiero más que nadie

de eso estoy segurA

por mucho tiempo que pase...

 

(Sé que duele a la vista este "post". Sé que es un pecado que esa letra esté escrita de una forma tan cutre. Pero por algún motivo que desconozco blogia.com me odia y no me deja publicar de una forma normal. Llevo cerca de una hora con esto, pero me he rendido y lo he dejado así. Siento que se vea tan feo.)

 

Arff...

Versión sencilla:

Hace como un año me metí de lleno en una especie de pseudo relación esporádica hiper tormentosa con alguien a quien llamaremos FB. Yo perdía el culo por él, pero él no lo perdía por mí. A mí me daba igual, porque perdía tantísimo el culo que había llegado a conseguir que “siguiera” con él casi a cualquier precio…

Unos siete meses después de empezar esa historia yo conocí a alguien a quien llamaremos V. Ambos, sin saber como, empezamos a perder el culo mutuamente por el otro, y esta vez sí era correspondido. Pero yo no podía evitar seguir con FB.

Porque era FB.

Esto me trajo muchos problemas, ya que aunque V y yo realmente no teníamos nada serio, él sabía de la existencia de FB y de mi pseudo relación esporádica hiper tormentosa con él, y no le gustaba nada de nada (FB es, digamos, “popular” en su ciudad y no precisamente por cosas muy positivas). Así que yo intenté separar las dos “relaciones” ya que realmente yo no tenia nada extremadamente serio con ninguno de los dos. Esto desembocó en que más de una vez V me viera cuando volvía de estar con FB y se produjeran ciertos episodios bastante lamentables que no me hacen sentirme nada orgullosa. Mal asunto. Entonces comprendí el daño que le hacía a V que FB estuviera en mi vida. El daño que nos hacia a los dos.

Con una fuerza que saqué de no sé donde, “rompí” mi pseudo relación esporádica hiper tormentosa con FB. Aún lo estoy pagando, pero esto es otra historia.

Hasta aquí todo parece relativamente sencillo. Ya no hay FB, ya no hay problema. Pues no. Para comprender el estado real de mi mente en estos momentos, debemos tener en cuenta una dificultad añadida: V tenía otra especie de relación paralela desde hacía ya tiempo con una chica que vive en otro país.

Más aún: cuando V y yo nos conocimos, él estaba “matizando” su plan de vida futura junto a esa chica y planteándose la posibilidad de marcharse a ese otro país.

Evidentemente ahora todo es caos a nuestro alrededor, por sus siés-noes, por mi miedo a que se conviertan en síes definitivos, porque cada día que pasa puede ser uno menos…, por millones de cosas. Y yo no puedo hacer nada, porque la decisión (nosotros o ellos) está en su mano.

Frío

La verdad es que me cuesta mucho cambiar las chanclas por zapatillas de invierno y la camiseta de tirantes por una de manga corta o manga larga para estar en casa. Por eso termino con cosas ridículas tipo chanclasconcalcetinesarrugadospordondesemetelatira.

Que me resisto a admitir que ya no más verano.

Respecto a lo de porqué he estado ausente todo este tiempo, creo que sería una estupidez tratar de explicarlo, porque o no sabría por donde empezar o una vez que fuera capaz de empezar estaría horas escribiendo sobre ello.

Solo diré que me han pasado demasiadas cosas. Demasiadas para ser yo. He estado fatal, he estado feliz, he estado/estoy hecha un lío. Han aparecido personas nuevas en mi vida, se han ido otras, y también hay algunas que se resisten a irse del todo. Los detalles es mejor que vayan surgiendo.

 

Y hoy llueve. Y todo vuelve a ser gris otra vez.

Hola :)

¿...?

Odio soñar que se termina todo contigo. Pero mucho más odio soñar que “lo nuestro” va bien.

  

(Tanto, que me has hecho volver por aquí.)

20 de Abril

Feliz día.

..

Esta noche, en sueños, me he dado una lección a mí misma. Ha sido algo que me ha hecho llorar mucho (en sueños y creo que en realidad también), pero ha sido algo que necesitaba oír. Así que me doy las gracias a mí, porque TÚ eres quien me lo ha dicho, pero el sueño era mío.

...

Aún no me he ido de aquí. Aunque lo parezca. Aunque haga más de un mes que no escribo y antes me preocupara no escribir en una semana. No me da igual. Me molesta muchísimo haberme quedado sin cosas que decir (ja!). O me molesta tener demasiado que decir y no saber o no poder hacerlo. Me molesta haber hablado demasiado en su momento y que ahora la gente que me provoca las cosas por las que necesito desahogarme sepa que este sitio existe (bocazas); y me molestaría más aún venir aquí a repetir día tras día las veces que he llorado hoy, o que el día va relativamente bien porque aún no lo he hecho. Por eso me callo y no lo hago. Eso no le interesa a nadie. Eso no me interesa.

 

 

Me molesta echarte de menos. Porque lo hago, y en cantidades industriales, y lo odio.

Y me destroza que ella exista, que respiréis prácticamente en el mismo metro cuadrado, que su puto brazo tropiece con el tuyo. Que la mires. Que tengas ganas de estar con ella, que os riáis de lo mismo, que escuchéis música estando juntos. Que habléis. Que os beséis. Que folléis. Me revuelve las tripas que te guste su pelo o su boca o su ropa o sus ojos o lo que coño sea que te gusta de ella. Me da asco que estéis cerca. Odio su nombre. Odio que ella diga el tuyo. No quiero que te hable, no quiero que escuches su voz, y mucho menos quiero que ella escuche la tuya. No quiero que tengas la necesidad de decirle nada. Detesto que os miréis y pase algo. Detesto que cuando no estéis juntos alguien piense una milésima de segundo en el otro y sonría. Detesto no ser “ella”.

 

...

Hoy me he levantado totalmente dispuesta a escribir aquí que Febrero estaba saliendo bastante bien (a pesar de todo lo que haya podido escribir antes que pudiera contradecirlo) y convencidísima de ello.

Cuando me levanté y vi la tormenta que hacía pensé felizmente y ajena a las horas posteriores, que al menos podría pasarme el día escribiendo cosas que tengo pendientes, leyendo, ordenando la habitación, viendo una peli, haciendo alguna foto, no preocupándome de cosas que no debo porque creía que ya no tenía motivos para hacerlo…, y el plan me pareció bastante bueno.

Pero eso ha sido sólo hasta que he visto como iba a transcurrir el día; hasta que ha ocurrido “eso” que no tenía sentido que ocurriera, ya no; antes de saber otras pocas de esas estupideces que a mí tanto me afectan y que hacen que todo mi humor y mi forma de ver el mundo ese día, cambien radicalmente. Porque sí, soy imbécil y me dejo influenciar por cosas ajenas y tontas que no tienen nada que ver conmigo. No es nuevo.

Así que al final, como siempre desde hace tiempo, he pasado de que todo me pareciera estupendo y me hiciera sonreír, a tener que ir corriendo a esconderme en el baño.

Y lo odio. Y te odio.

No hay ni que decir que no he escrito, ni leído, ni ordenado, ni he visto ninguna película, ni hecho ninguna foto; y que por el contrario sí que me he preocupado por cosas que no debo, y mucho. Muchísimo.

Así que ya no tengo ganas de decir lo bonito que estaba resultando Febrero, a pesar de que sea mi mes, y a pesar de TODO.

 

 

1983

Hoy es mi cumpleaños. Cumplo 23. 23. Uff, 23.